La información es la materia prima de Internet y todos sus usuarios nutren a la ‘red’ cada vez que navegan por ella. Se estima que actualmente cada persona que está conectada genera aproximadamente 1,7 Mb de datos por segundo, de los cuales gran parte se conservan y tienen usos importantes, tanto para las empresas como para los propios internautas.
Sin embargo, vivimos en un mundo de recursos limitados y la recopilación, gestión, almacenamiento y procesamiento de toda esta información es ya un aspecto lo suficientemente importante como para merecer un capítulo aparte. Por eso, el concepto de Big Data lleva tiempo siendo un eje central alrededor del que pivotan las estrategias de multitud de empresas; y no pocas de ellas hacen gala de llevar el sello de compañías ‘Data Driven’.
Hablamos de entidades que consideran los datos como un recurso de gran valor y que, según Forrester Research, van camino de crecer en 2021 un 30 % más de lo habitual y a generar 1,8 billones de dólares. Y estas saben mejor que nadie que tanto cuidar la información como saber analizarla les va a ayudar a adquirir una ventaja competitiva determinante para el futuro, y que puede llevarlas a una posición de liderazgo en sus respectivos mercados.
Saber anticipar los problemas para tomar las riendas del futuro
La complejidad aparejada al Big Data reside en su constante crecimiento y en su evolución. El volumen de la información no deja de crecer al calor del Internet de las Cosas (IoT) y la propia tecnología se encarga de moldear sus posibilidades y usos para que los datos sean cada vez más aprovechables.
Es en este contexto donde las empresas reconocen la importancia que tiene el saber identificar los desafíos que sean plantean y el formular soluciones que les permitan lidiar con ellos y colocarse a la cabeza en su innovación. Por ello, en ActionsDATA hemos querido señalar estos problemas, con el fin de orientar a usuarios y compañías en el afán común de hacer un uso más eficaz, rentable y responsable de los datos:
- Incremento del volumen de datos y necesidad de filtrado: En 2018 la consultora IDC anticipó que el volumen de datos que habrá en 2025 será de 175 zettabytes. Es decir, 175 veces a la estimación existente para los que se manejaban en 2011. Por lo tanto, la moraleja es que la cantidad de información crece de informa imparable por la proliferación de las tecnologías IoT y por la penetración de los aparatos conectados a la red. Lo que significa que se requiere de mecanismos de filtrado y de análisis para seleccionar lo más relevante y para poder darle utilidad.
- Necesidad de personal cualificado: La industria del Big Data apenas está viviendo su infancia, pero ya reclama sus propios puestos especializados para su correcta explotación. De hecho, precisamente la falta de personal está condicionando su crecimiento y la Comisión Europea estima que para 2025 se necesitarán 13 millones de expertos en este sector para cubrir sus necesidades.
- La ciberseguridad se hace imprescindible ante el valor aportado por el Big Data: La información es poder y como tal, es ya un objetivo de los cibercriminales que se mueven por la ‘red de redes’. Esta es una industria que en Europa mueve actualmente cerca de 625.000 millones de euros y que, dada su relevancia, requiere de medidas de seguridad para proteger los datos a lo largo de todo el recorrido que estos hacen, desde los terminales de los propios usuarios a los Centros de Datos físicos donde se almacenan o a las infraestructuras cloud.
- El entorno cambiante requiere de flexibilidad: La tecnología avanza de la mano del Big Data, así como el marco regulatorio que se aplica a todos sus procesos. Las empresas deben estar actualizadas permanentemente para aprovechar los avances técnicos que se producen en el sector, así como para cumplir de manera adecuada con lo que establece la ley, para velar por un uso correcto de los datos y por la protección de la privacidad de sus clientes.
Analítica para aumentar la eficacia y poder hacer un mundo mejor
Como acabamos de ver, los retos del Big Data son palpables y está en la mano de las empresas el empezar a afrontarlos. Es más, no son pocas las que ya marcan el camino a seguir en diferentes aspectos:
- Analítica aumentada: Ante la necesidad de clasificar y analizar el ingente volumen de datos existentes está la solución aportada por la tecnología. Recursos de automatización como la Inteligencia Artificial (IA) y el Machine Learning son claves por su capacidad para tratar grandes cantidades de información, clasificarla y seleccionarla. Algo que, además de liberar de estas tareas a los empleados, también permite aplicar modelos predictivos para aumentar la eficacia del trabajo y para anticiparse a las necesidades de los clientes y de los mercados.
- Importancia del Fast Data: Cada vez se requiere más del manejo de datos continuos a altas velocidades. Esto implica tratar cada dato de manera individual, en tiempo real y con una baja latencia; en procesos que además necesitan no perder información por el camino. Es lo que se denomina Fast Data, una especialización del Big Data encaminada a satisfacer necesidades concretas que, en poco tiempo, pueden constituir el eje fundamental de tareas básicas para la sociedad.
- Localización del Dark Data para un aprovechamiento mejor de la información: Datos hay muchos, pero no todos son útiles y aprovechables. Internet es un mar lleno de peces (datos) y la clave es pescar los adecuados, por lo que es fundamental localizar ese Dark Data para apartarlo de la información valiosa y valorar si se elimina o si incluso puede tener algún tipo de utilidad en el futuro.
- La tecnología conversacional cambiará la forma de encarar los datos: Según la consultora Gartner, en 2020 cerca de la mitad de las consultas analíticas se han llevado a través de una búsqueda PNL (Procesamiento del Lenguaje Natural) o de voz. Esto no es más que el resultado de la tendencia humana a simplificar los procesos, de forma que el Big Data del futuro se encamina hacia un servicio cada vez más humano, donde hasta los sentimientos puedan ser identificados y empleados como recurso para ofrecer soluciones personalizadas y a medida.
- Big Data por un mundo mejor: La tecnología se puede usar para el bien o para el mal y este recurso es muy aprovechable en la buena dirección, tanto para mejorar el mundo en el que vivimos como para cuidar de la salud de las personas. La sostenibilidad es asunto de preocupación para millones de personas y el tratamiento masivo de datos puede ayudar a mejorar la productividad de los cultivos o a controlar que las constantes vitales de una persona se mantengan en niveles adecuados.
El recurso del futuro está hecho de bits
Estas son algunos de los muchos caminos por los que nos está llevando el Big Data. Su importancia está ya fuera de toda duda y reclama que las empresas inviertan en procesos de innovación para potenciar su desarrollo. Y es que la materia prima que en el futuro va ayudar a modelar la sociedad no se encuentra en montañas, mares o bosques, sino en Internet.
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